Monday, May 22, 2006

Rencuentros placenteros

Casi dejo pasar un año sin escribir en mi blog. Siendo más precisos, fueron 11 meses sin escribir. Me pregunto: ¿por qué sucederán estas cosas? Ayer me di cuenta de que tampoco había tocado mi guitarra en Monterrey en todo lo que va del año, sólo aproveché la Semana Santa para tocar en México, probablemente desde enero no había tocado. Fue emocionante el reencuentro con la guitarra, algo que era de todos los días hace algunos años. También tuve recientemente reencuentros con amores pasados. Gracias a la maravillosa innovación que son los podcasts me reencontré hace poco con mi conductor de radio favorito (Olallo Rubio), con su fabuloso apoyo a Güiso G (la lengua más rápida del planeta) y fue como revivir las noches de regreso a mi casa hace 8 años, después de nadar un par de kilómetros, en la academia en la que aprendí a nadar hace más de 20 años. Buscando que cantar para mi curso de lectura rápida me reencontré con Fernando Delgadillo y fue como revivir todas aquellas veces en que lo fui a ver tocar, con diferentes personas con las que curiosamente también me he reencontrado. Cuando fui a Six Flags me reencontré con mi mejor amiga y recordé una visita similar que hicimos juntos hace muchos años. En mi clase de Finanzas me reencontré con mi gusto por la Evaluación de Proyectos (ñoño). Hoy me reencuentro con mi blog y con esta extraña sensación de tranquilidad que da hablar de cosas privadas en un medio público y pensar que son del interés de alguien más. En unos meses más me reencontraré con mi vida de estudiante de tiempo completo (una de las etapas que más he disfrutado en mi vida) y trataré de escribir más a menudo. Tal vez entonces, alguien se reencuentre con mi manera de escribir, aunque no estoy muy seguro que ese sea un reencuentro placentero. En resumen, parece que los reencuentros placenteros están de moda. Reencontrar es volver a vivir, pero con una actitud más moderada, desde otra perspectiva. A lo mejor, cada vez más, la vida se va tratando de menos cosas nuevas y de redescubrir un gusto aprendido y digerido (acquired taste) por aquellas cosas que en algún momento lo fueron todo. Vienen tiempos de cosas nuevas y a ellos le seguirán reencuentros y así sucesivamente. Como dice un grupo de rock argentino cuyo nombre es mejor no mencionar: “Gira y gira, dando vueltas y vueltas, la loca rueda de la vida y sigue rodando en mi cabeza el enigma cautivante de tu voz.”